La dificultad de un itinerario de snowboard de montaña.
Hoy en día nos encontramos completamente sumergidos en una especia de vorágine de la cual siempre parece ser muy dificil escapar. Me refiero a la obsesión por ser más, por ser mejor, por lograr lo que otros no han conseguido, o en su defecto, que sean pocos los que lo hayan hecho, y el snowboard, o mejor dicho, los que lo practicamos, no estamos fuera de este mundo.
Es por esto que nos vemos inundados de imágenes, fijas o en movimiento, de gente que es capaz de bajar por sitios cada vez más difíciles, realizar trucos cada vez con más aire, con más estilo, con más….lo que sea.
Pero cuando hacemos snowboard de montaña no debemos dejarnos impresionar por esas fotografías, o esos videos, que tantas veces hemos mirado o remirado pensando en algún día emular a gente que, no hay que olvidarse de ello, es profesional, y se gana la vida de esta manera. Gente que para conseguir esas líneas fantásticas dedican muchas horas al año a nuestro deporte, y además, cobran por ello, cuestion que tampoco conviene olvidar.
El snowboard de montaña, a nivel de aficionado, tiene menos de glamour, y mucho de esfuerzo y de cálculos e intuiciones, a varios niveles. Y me gustaría explicar algunos de los parámetros que debemos tener en cuenta a la hora de preparar una salida.
Lo más importante que hay que tener en cuenta es adaptar nuestra salida a nuestro nivel de snowboard. Parece evidente, pero a veces nos dejamos llevar por lo que comentaba en el primer párrafo, y pensamos que somos capaces de hacer más de lo que realmente somos capaces.
Tampoco es lo mismo hacer snowboard de montaña en una montaña aislada y alejada de un nucleo habitado, que hacerlo en las cercanías de una estación de esquí, donde su infraestructura nos podría ayudar en caso de un apuro.
A la hora de valorar la dificultad de un descenso de montaña, hay que tener en cuenta muchos factores. Algunos de ellos son sensiblemente constantes, como la pendiente, la orientación, la orografía. Otros, en cambio, son factores variables, como la cantidad y estado de la nieve, el momento de la temporada, las horas de sol, o la hora del ascenso y descenso. Por último, tambien existen otros factores inherentes a la persona, y por naturaleza, estos factores suelen ser cambiantes y de dificil valoración, pero sumamente importantes, como son el estado de ánimo, la fortaleza de la persona para afrontar problemas, y la forma física.
Lo que está claro es que en el mundo del snowboard de montaña no existe una escala indicativa de las dificultades suficientemente clara, generalizada y objetiva. Las condiciones pueden hacer variar mucho la dificultad de la misma ascensión dependiendo del momento de la temporada, del día o hasta incluso de la hora, y esta variabilidad a menudo convierte en inutil cualquier intento de indicación.
Lo fundamental para evaluar la dificultad de una ascensión es el desnivel, la dureza, la longitud, la inclinación de las palas, tanto de ascenso como de descenso, y la exposición a peligros objetivos. Pero en realidad, lo más importante es una correcta evaluación sobre el terreno de las condiciones de la nieve y la montaña, y para ello lo más útil es la experiencia. Pero como la experiencia se consigue saliendo al monte, y no leyendo, os animo profundamente a comenzar, dando pequeños pasos, por montañas asequibles y relativamente poco peligrosas, para ir avanzando y conociendo cada vez más el apasionante mundo de la montaña invernal.
A partir de ahora, intentaremos utilizar tres escalas diferentes para evaluar los itinerarios que realicemos en snowboard y que se publicarán en snowevolution.com. Aún así, se intentarán actualizar los anteriores reportajes para que los lectores puedan tener una guía más completa. Estas tres escalas, son conocidas y bastante utilizadas en el mundo del esquí de montaña, donde han sido inventadas. No obstante son perfectamente utilizables cuando se practica el snowboard de montaña, con pequeñas salvedades que merece la pena tenerlas en cuenta.
Estas tres escalas intentan objetivar el nivel técnico mínimo, la inclinación del terreno o la valoración global del itinerario, pero necesariamente son poco objetivas y no siempre reflejan fielmente las variaciones de las condiciones.
Escala Blachère
Esta clasificación se basa en el nivel técnico de cada persona y se debe tener cuenta que tiene ciertos peligros por la apreciación subjetiva o la sobrevaloración de las capacidades personales de cada uno.
- ME – Esquiador mediano, es decir, esquiador con poca experiencia. El terreno debe ser amplio y la pendiente moderada o poco pronunciada.
- BE – Buen Esquiador, es decir, esquiadores capaces de operar en terrenos reducidos con pendientes de hasta 30º y nieves no del todo buenas.
- MBE – Muy buen esquiador, es decir, el que es capaz de hacer itinerarios de alta dificultad, con pendientes de hasta 40º, con pasajes expuestos y oligados y nieves de todos los tipos.
A esta simple clasificación, se le puede añadir la letra A al final del acrónimo para calificar la ruta y/o esquiador como alpinista, cosa que pretende reflejar que se necesitan unas ciertas aptitudes, conocimentos y material propios del mundo alpinístico para superar con garantías un recorrido, por ejemplo, tramos sin esquís ayudados con piolet, crampones, cuerdas y/u otras tècnicas de progresión.
La adaptación de la escala Blachère al snowboard de montaña es directa, sin ningún tipo de indicación. Simplemente cabría comentar que la progresión en la ascensión del snowboard de montaña se realiza hoy en día mayoritariamente con la tabla a la espalda, y por tanto, el uso de crampones y piolet no confiere a una ruta el calificativo de alpinista explicado en el párrafo anterior por el mero hecho de usar estas herramientas en el ascenso.
Escala Traynard
Esta escala acota la inclinación y configuración del terreno y sirve, por tanto, para valorar la pendiente y la exposición del descenso.
- S1 – Terrenos planos o mínimamente inclinados. Carreteras o caminos.
- S2 – Terrenos poco inclinados, con fácil maniobrabilidad.
- S3 – Pendiente moderada, inferior a 35º, con amplitud para girar.
- S4 – Pendiente superior a 35º o 40º, terreno estrecho y obligado en los giros debido a dificultades naturales como corredores, grietas, cornisas, etc.
- S5 – Pendientes muy fuertes, superiores a 45º, muy obligadas y con gran exposición. Es la frontera del esquiador o del rider de alto nivel.
- S6 – Inclinación superior a 50º, con pendientes muy difíciles, que exigen una técnica específica. Se considera esquí o snowboard extremo.
La adaptación de la escala Traynard al snowboard de montaña tambien es directa. Aunque me gustaría poner de manifiesto cierta singularidad de la tabla de snowboard respecto a los esquís que puede ser determinante y que tambien puede hacer variar la escala ligeramente.
Esta singularidad consiste en que los esquiadores tienen dos esquís, y por tanto dos cantos con el que se agarran a la nieve, mientras que el snowboard solamente dispone de un canto. Esta diferencia se vuelve crucial a medida que la pendiente aumenta y sobretodo que la calidad de la nieve empeora, de tal manera que ante situaciones comprometidas, la perdida ligera de un cantó para un esquiador puede ser un simple susto, mientras que la pérdida ligera del cantó de la tabla de snowboard puede ser un el comienzo de un severo accidente.
Este hecho lo considero relevante sobretodo para los niveles S3 y S4, puesto que por debajo del nivel S3, la pérdida del canto de la tabla de snowboard no suele suponer ningún percance serio, sinó que simplemente suele ser una caida sin más consecuencias, mientras que por encima del nivel S4, la pérdida ligera del canto de uno de los esquís de un esquiador suele suponer un accidente de iguales consecuencias que los que pudieran suceder con una tabla de snowboard.
Escala de valoración global
Itinerario fácil, asequible a cualquier persona con una mínima experiencia y con peligros naturales reducidos. | |
Itinerario que exige una cierta experiencia en montaña invernal y técnica de descenso, asequible a cualquier persona con una experiencia mediana en buenas condiciones. | |
Itinerario comprometido, que exige experiencia, un buen entrenamiento, con tramos delicados y expuestos, con pendientes medias a fuertes sostenidas. Puede exigir el uso de piolet, crampones o cuerda (para el descenso). Según las condiciones el itinerario puede devenir muy difícil. |
De las tres escalas, la única que es medianamente objetiva es la escala Traynard, puesto que se basa en el cálculo de la pendiente y en la existencia física de irregularidades orográficas que modelan la montaña y que pueden complicar el descenso. Las otras dos escalas son, por naturaleza, subjetivas, y por tanto, sirven como parámetros de referencia, pero nada más que eso.
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